Marín, R. y otros (2003): Didáctica de la Educación Artística, Madrid: Pearson
1.
Lectura/análisis texto.
2. Realizar vuestro propio resumen
esquemático donde se contemplen las ideas principales. ( subir al diario-blog).
3. Responder a las siguientes preguntas:
-Realiza una crítica
constructiva del texto trabajado: plantea pros y contras de las
distintas etapas.
-¿Qué grado de afinidad mantienes con los distintos puntos de
vista desarrollados a lo largo de la Historia de la Educación Artística?
Resumen esquemático donde se contemplen las
ideas principales
Ricardo Marín hace un
recorrido desde la antigüedad hasta nuestros días para dar a conocer los
cambios producidos en la educación artística de acuerdo a los cambios sociales
y culturales de cada época en cuestión.
En la antigüedad existe
ya un interés por incluir la enseñanza del dibujo en la escuela por su doble
funcionalidad: utilidad y belleza.
En la Edad Media el
papel del artista no estaba reconocido socialmente y se reducía al de artesano
cualificado para oficios manuales. El aprendizaje del dibujo no se realizaba en
las escuelas sino en los talleres de trabajo y no se percibía originalidad ni
creatividad en el resultado final, sino que las piezas estuvieran bien hechas.
Durante el Renacimiento
y la aparición de las primeras academias se asiste a un tipo de enseñanza más
completa y especializada orientada a crear buenos pintores, escultores y
arquitectos. El aprendizaje del dibujo es fundamental ya que es considerado
como el fundamento de todas las bellas artes.
En el siglo XIX, con la
revolución industrial y para optar a trabajos cualificados, se hace
necesaria la enseñanza del dibujo como
vehículo del desarrollo tecnológico. El dibujo se especializa en artístico y
técnico.
En la primera mitad del
siglo XX se descubre el dibujo espontáneo infantil y se determina que es una
forma inocente de expresión muy valiosa, que se debe alentar y estimular para
que cada niño pueda expresar plásticamente su visión personal del mundo que le
rodea.
En la segunda mitad del
siglo XX, con la denominada “autoexpresión
creativa”, el dibujo libre y espontáneo se convirtió en el ejercicio y
actividad fundamental en la educación artística. Se defiende de manera contundente la propia
capacidad creativa del niño como objetivo central del aprendizaje y de la
actividad escolar.
Con la creación del
INSEA (Sociedad Internacional para la Educación
a través del Arte) las artes son consideradas como un factor educativo
indispensable para el desarrollo de la personalidad y un medio para el
conocimiento más profundo de la realidad. Sus máximas apuntaban a incluir
obligatoriamente la educación artística en la educación primaria y a la libre
expresión como el método más adecuado de
enseñanza. El método de enseñanza va dirigido a estimular al alumno a que
encuentre su propia forma de expresión a través de cualquier manifestación
plástica.
Con el desarrollo de los
nuevos medios de comunicación como la prensa gráfica, la publicidad y la
televisión algunos teóricos llegan a la consideración del lenguaje visual como
modo de conocimiento. Por lo tanto la educación artística no solo constituye un
medio para expresar emociones o sentimientos sino que por sí sola constituye
una forma de pensamiento.
También se consideró que
era necesario hacer una revisión de la autoexpresión creativa para darle un
enfoque disciplinar a través de nuevos proyectos educativos en los que la
enseñanza de la educación artística ayudase a obtener un mejor resultado.
Estos nuevos proyectos
educativos dan lugar a la creación de la DBAE (la educación artística basada en
la disciplina) cuyo objetivo se centra en desarrollar las habilidades y
conocimientos del alumnado para comprender y apreciar el arte. Por ello deben
conocer las teorías y conceptos artísticos además de ser creativos, ya que una
persona formada artísticamente, responde mejor a las exigencias de la vida
social y profesional. Para ellos la mejor manera de fomentar la creatividad es
a través del conocimiento profundo de artistas y obras de arte.
Crítica constructiva del texto trabajado: plantea pros y contras de las
distintas etapas.
Ya desde la Antigüedad se percibe un interés por la enseñanza del dibujo
en la escuela al igual que otras materias consideradas necesarias. Además de
resultar útil para la vida diaria se contempla el placer estético.
Sin embargo en la Edad Media asistimos a un retroceso a nivel educativo
en el que no hay escuelas y la educación artística se reduce a la enseñanza de
diferentes técnicas en los talleres con un marcado carácter profesional. Lo
positivo es que era un paso más para acceder al mundo laboral aunque no se les
reconociera como artistas sino como artesanos.
Con la aparición de las academias y las escuelas de dibujo en el
Renacimiento asistimos a un tipo de enseñanza más especializada y orientada a
crear buenos profesionales. No hay escuelas, por tanto nacen para este fin
exclusivo. Aunque existe un pormenorizado estudio de diversas materias
relacionadas con el arte, la copia de láminas y la imitación a los grandes
maestros no dejaban paso a la libre expresión creativa del artista.
Con una sociedad cada vez más avanzada e industrializada, en el siglo
XIX se hace necesario el aprendizaje del dibujo en la escuela para avanzar en
el desarrollo tecnológico y formar buenos profesionales. Aunque existe un
desarrollo espectacular de métodos y manuales de dibujo, la rigidez en el
sistema de enseñanza limitaba otras vías de expresión artísticas.
El siglo XX, con el desarrollo de nuevas teorías y avances en materia
psicopedagógica, constituye por sí solo
contradictorio. En un principio el descubrimiento del dibujo espontáneo
infantil hizo creer a los teóricos en la autoexpresión creativa. Con ello no
intentaban corregir los supuestos errores cometidos por los niños al dibujar
sino considerarlo como una vía personal de expresión que no debía limitarse con
el aprendizaje de otras técnicas y disciplinas. Lo bueno de todo esto es que
por primera vez el desarrollo de la capacidad creativa se convirtió en el
principal argumento de la educación artística.
Pero con el desarrollo de las nuevas tecnologías y los nuevos medios de
comunicación los expertos reconsideran el valor de la educación artística como
una nueva forma de conocimiento
sustentándose en el nuevo lenguaje visual que estos medios ofrecen.
Satisfactorio en este sentido, pero siempre supeditado a las exigencias de un
mercado y una sociedad que hacen necesaria una revisión disciplinar de la
educación artística, acotando inevitablemente las diferentes formas de
expresión creativa de cada individuo.
¿Qué grado de afinidad mantienes con los distintos puntos de vista desarrollados a lo largo de la Historia de la Educación Artística?
Resulta evidente que volver la vista atrás para reconsiderar el papel de
la educación artística en la historia nos hace capaces de reflexionar, de forma
introspectiva, en la manera de cómo se están llevando a cabo hoy en día los
nuevos proyectos educativos para que
estos resulten satisfactorios.
Como estudiante de Bellas Artes,
y teniendo como referente su actual programa de estudios, las materias
que se imparten no se alejan mucho del sistema de enseñanza academicista del
siglo XIX en el que el fin que se persigue debe estar dentro de unos parámetros
estrictamente acotados para alcanzar el nivel exigido. Aunque existen materias
en las que se deja autonomía y libre expresión para plasmar la inquietud
creativa del alumno, éstas siempre se ven supeditadas por aquellas que deben
superar y que son de carácter obligatorio. ¿Qué ocurre entonces con la
autoexpresión creativa de principios del siglo XX que preconizaba la supremacía
de la libre expresión personal a través de la expresión plástica por encima de
cualquier otra disciplina? Basta solo con echar un vistazo a las adaptaciones
curriculares del actual sistema de enseñanza, que ya desde la educación primaria, se quedan
obsoletas, se contradicen y la han relegado a un segundo plano convirtiendo la
educación artística en materia de desinterés en el desarrollo educativo de cara
a la edad adulta. En este sentido los pensadores clásicos de la Antigüedad nos
tomaban clara ventaja.
Aunque el contexto histórico es bastante diferente se percibe un
paralelismo entre los talleres de aprendices tan populares en la Edad Media y
las escuelas-taller, que promueven algunos organismos e instituciones, con el
fin de propiciar la inserción laboral de jóvenes inadaptados y con problemas.
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