IDEA DE POSMODERNIDAD
Conclusiones: características de la posmodernidad:
Qué, por qué, dónde, cuándo y cómo

  Uno de los mayores problemas a la hora de tratar este tema resulta justamente en llegar a un concepto o definición precisa de lo que es la postmodernidad.
Surge  en los años 70, tras el fin de la guerra fría, después de la era industrial con la caída del capitalismo como sistema económico. Esto produce como consecuencia la cristalización de un nuevo paradigma global cuyo máximo exponente social, político y económico es la Globalización. 

Se suele dividir a la postmodernidad en tres sectores, dependiendo de su área de influencia. Como un periodo histórico, como una actitud filosófica, o como un movimiento artístico. Histórica, ideológica y metodológicamente diversos, comparten sin embargo un parecido de familia centrado en la idea de que la renovación radical de las formas tradicionales en el arte, la cultura, el pensamiento y la vida social impulsada por el proyecto modernista, fracasó en su intento de lograr la emancipación de la humanidad, y de que un proyecto semejante es imposible o inalcanzable en las condiciones actuales. Frente al compromiso riguroso con la innovación, el progreso y la  crítica de las vanguardias artísticas, intelectuales y sociales, al que considera una forma refinada de teología autoritaria, el posmodernismo defiende la hibridación, la cultura popular, el descentramiento de la autoridad intelectual y científica y la desconfianza ante los grandes relatos.

El mundo posmoderno se puede diferenciar y dividir en dos grandes realidades: La realidad histórico-social, y la realidad socio-psicológica. A continuación daremos sus características.


*Características histórico-sociales:


  En contraposición con la Modernidad, la posmodernidad es la época del desencanto. Se renuncia a las utopías y a la idea de progreso de conjunto. Se apuesta a la carrera por el progreso individual.
Se reconocen los límites de las ciencias modernas en cuanto a la generación de conocimiento verdadero, acumulativo y de validez universal.
Se produce un cambio en el orden económico capitalista, pasando de una economía de producción hacia una economía del consumo.
Desaparecen las grandes figuras carismáticas, y surgen infinidad de pequeños ídolos que duran hasta que surge algo más novedoso y atractivo.
La revalorización de la naturaleza y la defensa del medio ambiente se mezcla con la compulsión al consumo.
Los medios masivos y la industria del consumo masivo se convierten en centros de poder.
Deja de importar el contenido del mensaje, para revalorizar la forma en que es transmitido y el grado de convicción que pueda producir.
Desaparece la ideología como forma de elección de los líderes siendo reemplazada por la imagen.
Hay una excesiva emisión de información (frecuentemente contradictoria), a través de todos los medios de comunicación.
Los medios masivos se convierten en transmisores de la verdad, lo que se expresa en el hecho de que lo que no aparece por un medio de comunicación masiva, simplemente no existe para la sociedad.
El receptor se aleja de la información recibida quitándole realidad y pertinencia, convirtiéndola en mero entretenimiento.
Se pierde la intimidad y la vida de los demás se convierte en un show, especialmente en el contexto de las redes sociales.
Desacralización de la política.
Desmitificación de los líderes.
Cuestionamiento de las grandes religiones.

*Características sociopsicológicas

Los individuos sólo quieren vivir el presente; el futuro y el pasado pierde importancia.
Hay una búsqueda de lo inmediato.
Proceso de pérdida de la personalidad individual.
La única revolución que el individuo está dispuesto a llevar a cabo es la interior.
Se rinde culto al cuerpo y la liberación personal.
Se vuelve a lo místico como justificación de sucesos.
Hay una constante preocupación respecto a los grandes desastres y al fin del mundo.
Pérdidas de fe en la razón y la ciencia, pero en contrapartida se rinde culto a la tecnología.
El hombre basa su existencia en el relativismo y la pluralidad de opciones, al igual que el subjetivismo impregna la mirada de la realidad.
Pérdida de fe en el poder público.
Despreocupación ante la injusticia.
Desaparición de idealismos.
Pérdida de la ambición personal de auto-superación.
Desaparición de la valoración del esfuerzo.
Existen divulgaciones diversas sobre la Iglesia y la creencia de un Dios.
Aparecen grandes cambios en torno a las diversas religiones.
Las personas aprenden a compartir la diversión vía Internet.
Se crean teorías de la conspiración permanentemente, para explicar los grandes problemas económicos, políticos, sociales, religiosos y medioambientales.

Como actitud filosófica  la posmodernidad, por más polifacética que parezca, no significa una ética de carencia de valores en el sentido moral, pues precisamente su mayor influencia se manifiesta en el actual relativismo cultural y en la creencia de que nada es totalmente malo ni absolutamente bueno. La moral posmoderna es una moral que cuestiona el cinismo religioso predominante en la cultura occidental y hace hincapié en una ética basada en la intencionalidad de los actos. Es una nueva forma de ver la estética, un nuevo orden de interpretar valores, una nueva forma de relacionarse, intermediadas muchas veces por los factores posindustriales.


Como movimiento artístico los rasgos más notables del arte posmoderno son la valoración de las formas industriales y populares, el debilitamiento de las barreras entre géneros y el uso deliberado e insistente de la intertextualidad, expresada frecuentemente mediante el collage o pastiche. Se trata de un arte  cambiante, fragmentario en el que no hay una estética común que lo defina como movimiento artístico. Prevalece la idea de simulacro y de falacia a causa del enorme desarrollo de las nuevas tecnologías. El cine y la televisión son hoy en día algunos de los medios de comunicación más capaces de manifestar las características de este arte.

Marín, R. y otros (2003): Didáctica de la Educación Artística, Madrid: Pearson

1.    Lectura/análisis texto.

    2. Realizar vuestro propio resumen esquemático donde se contemplen las ideas principales. ( subir al diario-blog).

   3. Responder a las siguientes preguntas:
-Realiza una crítica constructiva del texto trabajado: plantea pros y contras de las distintas etapas.
-¿Qué grado de afinidad mantienes con los distintos puntos de vista desarrollados a lo largo de la Historia de la Educación Artística?


Resumen esquemático donde se contemplen las ideas principales

  Ricardo Marín hace un recorrido desde la antigüedad hasta nuestros días para dar a conocer los cambios producidos en la educación artística de acuerdo a los cambios sociales y culturales  de cada época en cuestión.

En la antigüedad existe ya un interés por incluir la enseñanza del dibujo en la escuela por su doble funcionalidad: utilidad y belleza.

En la Edad Media el papel del artista no estaba reconocido socialmente y se reducía al de artesano cualificado para oficios manuales. El aprendizaje del dibujo no se realizaba en las escuelas sino en los talleres de trabajo y no se percibía originalidad ni creatividad en el resultado final, sino que las piezas estuvieran bien hechas.

Durante el Renacimiento y la aparición de las primeras academias se asiste a un tipo de enseñanza más completa y especializada orientada a crear buenos pintores, escultores y arquitectos. El aprendizaje del dibujo es fundamental ya que es considerado como el fundamento de todas las bellas artes.
En el siglo XIX, con la revolución industrial y para optar a trabajos cualificados, se hace necesaria  la enseñanza del dibujo como vehículo del desarrollo tecnológico. El dibujo se especializa en artístico y técnico.

En la primera mitad del siglo XX se descubre el dibujo espontáneo infantil y se determina que es una forma inocente de expresión muy valiosa, que se debe alentar y estimular para que cada niño pueda expresar plásticamente su visión personal del mundo que le rodea.

En la segunda mitad del siglo XX, con la  denominada “autoexpresión creativa”, el dibujo libre y espontáneo se convirtió en el ejercicio y actividad fundamental en la educación artística.  Se defiende de manera contundente la propia capacidad creativa del niño como objetivo central del aprendizaje y de la actividad escolar.

Con la creación del INSEA (Sociedad Internacional para la Educación  a través del Arte) las artes son consideradas como un factor educativo indispensable para el desarrollo de la personalidad y un medio para el conocimiento más profundo de la realidad. Sus máximas apuntaban a incluir obligatoriamente la educación artística en la educación primaria y a la libre expresión como  el método más adecuado de enseñanza. El método de enseñanza va dirigido a estimular al alumno a que encuentre su propia forma de expresión a través de cualquier manifestación plástica.

Con el desarrollo de los nuevos medios de comunicación como la prensa gráfica, la publicidad y la televisión algunos teóricos llegan a la consideración del lenguaje visual como modo de conocimiento. Por lo tanto la educación artística no solo constituye un medio para expresar emociones o sentimientos sino que por sí sola constituye una forma de pensamiento.

También se consideró que era necesario hacer una revisión de la autoexpresión creativa para darle un enfoque disciplinar a través de nuevos proyectos educativos en los que la enseñanza de la educación artística ayudase a obtener un mejor resultado.

Estos nuevos proyectos educativos dan lugar a la creación de la DBAE (la educación artística basada en la disciplina) cuyo objetivo se centra en desarrollar las habilidades y conocimientos del alumnado para comprender y apreciar el arte. Por ello deben conocer las teorías y conceptos artísticos además de ser creativos, ya que una persona formada artísticamente, responde mejor a las exigencias de la vida social y profesional. Para ellos la mejor manera de fomentar la creatividad es a través del conocimiento profundo de artistas y  obras de arte.


Crítica constructiva del texto trabajado: plantea pros y contras de las distintas etapas.

  Ya desde la Antigüedad se percibe un interés por la enseñanza del dibujo en la escuela al igual que otras materias consideradas necesarias. Además de resultar útil para la vida diaria se contempla el placer estético.

Sin embargo en la Edad Media asistimos a un retroceso a nivel educativo en el que no hay escuelas y la educación artística se reduce a la enseñanza de diferentes técnicas en los talleres con un marcado carácter profesional. Lo positivo es que era un paso más para acceder al mundo laboral aunque no se les reconociera como artistas sino como artesanos.

Con la aparición de las academias y las escuelas de dibujo en el Renacimiento asistimos a un tipo de enseñanza más especializada y orientada a crear buenos profesionales. No hay escuelas, por tanto nacen para este fin exclusivo. Aunque existe un pormenorizado estudio de diversas materias relacionadas con el arte, la copia de láminas y la imitación a los grandes maestros no dejaban paso a la libre expresión creativa del artista.

Con una sociedad cada vez más avanzada e industrializada, en el siglo XIX se hace necesario el aprendizaje del dibujo en la escuela para avanzar en el desarrollo tecnológico y formar buenos profesionales. Aunque existe un desarrollo espectacular de métodos y manuales de dibujo, la rigidez en el sistema de enseñanza limitaba otras vías de expresión artísticas.

El siglo XX, con el desarrollo de nuevas teorías y avances en materia psicopedagógica,  constituye por sí solo 
contradictorio. En un principio el descubrimiento del dibujo espontáneo infantil hizo creer a los teóricos en la autoexpresión creativa. Con ello no intentaban corregir los supuestos errores cometidos por los niños al dibujar sino considerarlo como una vía personal de expresión que no debía limitarse con el aprendizaje de otras técnicas y disciplinas. Lo bueno de todo esto es que por primera vez el desarrollo de la capacidad creativa se convirtió en el principal argumento de la educación artística.

Pero con el desarrollo de las nuevas tecnologías y los nuevos medios de comunicación los expertos reconsideran el valor de la educación artística como una nueva forma de  conocimiento sustentándose en el nuevo lenguaje visual que estos medios ofrecen. Satisfactorio en este sentido, pero siempre supeditado a las exigencias de un mercado y una sociedad que hacen necesaria una revisión disciplinar de la educación artística, acotando inevitablemente las diferentes formas de expresión creativa de cada individuo.



¿Qué grado de afinidad mantienes con los distintos puntos de vista desarrollados a lo largo de la Historia de la Educación Artística?


  Resulta evidente que volver la vista atrás para reconsiderar el papel de la educación artística en la historia nos hace capaces de reflexionar, de forma introspectiva, en la manera de cómo se están llevando a cabo hoy en día los nuevos proyectos educativos para  que estos  resulten satisfactorios. 

Como estudiante de Bellas Artes,  y teniendo como referente su actual programa de estudios, las materias que se imparten no se alejan mucho del sistema de enseñanza academicista del siglo XIX en el que el fin que se persigue debe estar dentro de unos parámetros estrictamente acotados para alcanzar el nivel exigido. Aunque existen materias en las que se deja autonomía y libre expresión para plasmar la inquietud creativa del alumno, éstas siempre se ven supeditadas por aquellas que deben superar y que son de carácter obligatorio. ¿Qué ocurre entonces con la autoexpresión creativa de principios del siglo XX que preconizaba la supremacía de la libre expresión personal a través de la expresión plástica por encima de cualquier otra disciplina? Basta solo con echar un vistazo a las adaptaciones curriculares del actual sistema de enseñanza,  que ya desde la educación primaria, se quedan obsoletas, se contradicen y la han relegado a un segundo plano convirtiendo la educación artística en materia de desinterés en el desarrollo educativo de cara a la edad adulta. En este sentido los pensadores clásicos de la Antigüedad nos tomaban clara ventaja. 




Aunque el contexto histórico es bastante diferente se percibe un paralelismo entre los talleres de aprendices tan populares en la Edad Media y las escuelas-taller, que promueven algunos organismos e instituciones, con el fin de propiciar la inserción laboral de jóvenes inadaptados y con problemas.
  


OPCIONAL: ANÁLISIS CRÍTICO DE LA PELÍCULA "LA CLASE".

La clase, película de ficción pero de carácter documental, no es una película con argumento, pedagogía milagrera y desenlace feliz. Es todo lo contrario y por eso resulta más cercana y real. Digo cercana y real porque el instituto francés con alumnos de distintas razas y culturas que protagonizan esta película-documental lo tenemos ya aquí, en nuestro entorno ciudadano más próximo. La sensación de frescura y la apariencia de verosimilitud del documental es tal que cuesta creer que profesor y alumnos no sean profesionales del cine.

A través de las historias que surgen de allí, se revela un enfrentamiento entre diversas formas de ver el mundo, todas ellas representadas en el microcosmos de la clase. La tremenda franqueza del profesor François sorprende a sus alumnos, pero su estricto sentido de la ética “hace aguas” cuando algunos de sus alumnos le cuestionan y no aceptan sus métodos.

La cinta recoge el conflicto entre profesor y alumnos porque los trata como iguales. Los alumnos de hoy, a los que se atribuye todo lo negativo, no son idiotas ni gamberros incorregibles, son bastante más listos que muchos de los maduros de hoy  y que añoran unos métodos autoritarios que de ninguna de las maneras tienen sentido en nuestra sociedad actual, afortunadamente. La ironía y llamar a las cosas por su nombre del profesor es una forma de reconocer que los alumnos merecen ser tratados como iguales. Al provocarles les permite pensar. Este profesor no es paternalista como tantos otros de películas que todos retenemos en la memoria y que concluyen felizmente. Se atreve a ponerse en entredicho y a cometer errores con tal de enseñar a sus alumnos. Es una persona real, verosímil. Por eso lo encontramos cercano y entrañable.

Aunque el final de la película también es duro y pesimista, hay algo que te dice, así lo intuyo yo, que se puede esperar mucho de estas nuevas generaciones tan controvertidas.